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Formas de financiación para un autónomo

Un autónomo puede financiarse de diversas formas, entre las que podemos destacar: ahorros personales, créditos bancarios, microcréditos, crowdfunding, préstamos con garantía hipotecaria, tarjetas de crédito, inversionistas particulares, líneas de financiación públicas, venta de acciones o participación en su empresa, etc.

Es importante evaluar cuidadosamente cada opción y considerar factores como la tasa de interés, las condiciones de pago y los requisitos para obtener el financiamiento antes de decidir la mejor forma de financiación para su negocio.

Las dos formas más comunes de financiación para autónomos de pequeños negocios en España suelen ser los ahorros personales tradicionales y los préstamos bancarios.

Ventajas para un autónomo de la financiación bancaria frente al ahorro personal tradicional

Usar los ahorros personales puede ser más sencillo y rápido que conseguir financiación bancaria, sin embargo, puede limitar la capacidad del autónomo para invertir en su negocio y crecer más rápidamente.

Por otro lado, la financiación bancaria puede proporcionar una mayor cantidad de dinero para invertir en el negocio, lo que puede acelerar su crecimiento, aunque también conlleva un compromiso a largo plazo y puede requerir garantías y comisiones adicionales asociados con el préstamo.

También cabe destacar el utilizar los ahorros para hacer crecer el negocio, puede llevar a que en un momento dado no se pueda hacer uso de ese dinero para algún tipo de emergencia.

Algunos de los productos bancarios y casos de uso más demandados por los autónomos para financiar sus negocios son los siguientes:

Solicitar hipoteca para la adquisición de un local

Si estás buscando solicitar una hipoteca para un local comercial para tu negocio, hay algunos pasos que debes seguir para maximizar tus posibilidades de éxito:

Antes de solicitar una hipoteca, es importante evaluar tus necesidades financieras y asegurarte de que tienes un presupuesto realista y sólido para el negocio. Esto incluye considerar tus ingresos y gastos futuros, así como cualquier deuda pendiente.

Hay muchos tipos de hipotecas disponibles para la compra de un local comercial, incluidas las hipotecas convencionales, las hipotecas para pequeños negocios y las hipotecas de títulos de propiedad. Es importante investigar las opciones y elegir la que mejor se ajuste a tus necesidades.

Para solicitar una hipoteca, es probable que debas proporcionar una gran cantidad de información y documentación, incluyendo tu historial crediticio, información sobre tu negocio, estados financieros y presupuestos futuros. Asegúrate de tener todo lo necesario antes de solicitar la hipoteca.

Hay muchos prestamistas diferentes que ofrecen hipotecas para la compra de un local comercial, incluyendo bancos, cooperativas de crédito y prestamistas privados. Es importante comparar las tasas de interés, los requisitos y las condiciones de cada prestamista para elegir el que mejor se ajuste a tus necesidades.

Una vez que hayas elegido un prestamista y reunido toda la información y la documentación necesarias, puedes presentar la solicitud de hipoteca. Es probable que el prestamista quiera revisar la información y hacer preguntas antes de aprobar o rechazar la solicitud.

Si la solicitud de hipoteca es aprobada, es posible que puedas negociar las condiciones, como la tasa de interés y los plazos de reembolso. Asegúrate de comprender las condiciones y de tener en cuenta cualquier importe adicional, como las comisiones, antes de aceptar la hipoteca.

Leasing

El leasing es una forma de financiación a largo plazo que permite a una empresa o un autónomo obtener el uso de un bien o activo, como un vehículo o un equipo, sin tener que comprarlo de forma directa e inmediata. En lugar de adquirir el activo, la empresa o el autónomo paga un alquiler mensual durante un período acordado de tiempo, generalmente de 3 a 5 años. Al final del período, pueden optar por devolver el activo al proveedor de leasing o adquirirlo por un precio acordado.

El leasing es una opción popular para las empresas y los autónomos que desean obtener el uso de un activo sin tener que realizar una inversión significativa de capital. Con el leasing, pueden obtener el activo que necesitan para llevar a cabo sus operaciones sin tener que desembolsar una cantidad significativa de dinero de inmediato. Además, el alquiler mensual puede ser considerado como un gasto deducible de impuestos para la empresa o el autónomo.

Hay varios escenarios en los que un autónomo puede utilizar el leasing para financiar sus operaciones. Por ejemplo:

Adquisición de equipos: Si un autónomo necesita adquirir equipos para su negocio, como ordenadores, máquinas de oficina o maquinaria, puede optar por el leasing en lugar de la compra directa e inmediata. Esto le permitirá obtener el uso del equipo sin tener que desembolsar una cantidad significativa de dinero de inmediato.

Adquisición de vehículos: Si un autónomo necesita un vehículo para sus operaciones, como una furgoneta o un coche de flotas, puede utilizar el leasing para adquirirlo. De esta manera, puede obtener el uso del vehículo sin tener que comprarlo de forma directa e inmediata.

Renovación o mejora de un local: Si un autónomo desea renovar o mejorar su local comercial, puede utilizar el leasing para financiar las mejoras. De esta manera, puede obtener las mejoras necesarias para su negocio sin tener que realizar una inversión significativa de capital de inmediato.

Renting

El leasing y el renting son dos formas de financiación a largo plazo que permiten a una empresa o un autónomo obtener el uso de un activo sin tener que comprarlo de forma directa e inmediata. Sin embargo, existen algunas diferencias clave entre ambas:

Propiedad del activo: En un contrato de leasing, la empresa o el autónomo tiene la opción de adquirir el activo al final del período de leasing por un precio acordado previamente. En un contrato de renting, la empresa o el autónomo no tiene la opción de adquirir el activo, sino que simplemente lo alquila durante el período acordado.

Costo: En general, el costo total de un contrato de leasing suele ser más alto que el de un contrato de renting, ya que incluye la opción de compra del activo. Sin embargo, el costo mensual de un contrato de leasing suele ser más bajo que el de un contrato de renting, ya que se amortiza el costo total del activo a lo largo del período de leasing.

Flexibilidad: Un contrato de leasing suele tener una duración más larga y menos flexibilidad que un contrato de renting. Un contrato de renting suele ser más corto y más flexible, permitiendo a la empresa o el autónomo devolver el activo o renovar el contrato más fácilmente.